El partido supuso una de las más sonadas sorpresas en la historia de las eliminatorias mundialistas, ya que el combinado hebreo se impuso por 2-3 ante un equipo que contaba con muchos futbolistas que apenas unos años después se coronarían como campeones del mundo. Laurent Blanc, Didier Deschamps, Marcel Desailly, Bixente Lizarazu, Emmanuel Petit y Youri Djorkaeff, además de históricos jugadores como Éric Cantona, Jean-Pierre Papin o David Ginola, veían como la derrota, unida a la posterior frente a la selección búlgara, les dejaba fuera de la Copa del Mundo.