En semifinales se enfrentaron al campeón del otro grupo, Alemania Federal, que era la gran favorita a la victoria, ya que jugaba en casa. En los octavos de final se volvió a enfrentar a Alemania y fueron eliminados tras finalizar 2-1. El encuentro es recordado por el famoso momento en el que Frank Rijkaard escupió a Rudi Völler. En la final se enfrentaron otra vez a la Unión Soviética que había derrotado en la otra semifinal a Italia por 2-0. A pesar de la victoria de los soviéticos en la fase de grupos, los neerlandeses ganaron y obtuvieron su primer título, gracias a los goles de Ruud Gullit y Marco van Basten.