Esta década empezó con la marcha de dos leyendas como Waldo y Guillot, y un año después la de Roberto Gil, y con las llegadas del argentino Óscar Rubén Valdez, Pellicer, Uriarte, Adorno y Quino. Por aquel entonces el Athletic de Madrid estaba constituido por jugadores amateurs aunque en esta década empezará a profesionalizarse el fútbol y algunos equipos empezaron a pagar a sus jugadores.