También lo mandó y por eso está en Nueva Zelanda Aitana Bonmatí, protagonista junto a la mencionada Misa de un desaire tras un Real Madrid-Barça como consecuencia del motín de las 15. «Sé que el equipo va a estar más unido que nunca», dijo un cariacontecido Vilda tras el repaso que le dio Japón. Sin misa solemne como en 1975. En la Cámara alta no hubo ni Biblia ni crucifijo, pero sí una cruz, la que remata la corona real que guarda Patrimonio Nacional.